Bajo el título de Por la convivencia, por la libertad, más de medio centenar de periodistas y profesionales de la comunicación se han dado cita en torno a un manifiesto en el que se urge a un cambio de Gobierno que devuelva el "sentido común, la cordura y la serenidad necesarios para recuperar los consensos de la Transición y el espíritu cívico que la hicieron posible". El texto puede verse en su página web.
Los firmantes del Manifiesto -el primero que se da a conocer no favorable al candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero-, han presentado el mismo durante la mañana del jueves en la Asociación de la Prensa de Madrid, en un acto al que acudieron algunos de los firmantes. El texto fue leido por el periodista Federico Quevedo, acompañado por compañeros como Herman Tertsch, Carmen Gurruchaga, Carlos Dávila, Carmen Tomás, Miguel Gil y otros firmantes como Ana María Vidal Abarca, ex presidenta de la AVT.
El manifiesto reclama diálogo y disenso frente al conflicto y se asegura que "la confrontación es el mayor enemigo de la libertad, porque termina anulando la voluntad de los ciudadanos y su capacidad de elección en condiciones de igualdad". Igualmente, se rechaza la exclusión como arma política y se afirma que los ciudadanos hoy "son testigos de cómo el poder se ejerce de modo arbitrario para imponer una determinada moral social basada en el relativismo, en la religión del todo vale y en la certeza de que el fin justifica los medios".
El texto hace referencia a asuntos concretos que han ocupado la actualidad informativa esta legislatura, como la reforma de los estatutos de autonomía, y se recuerda que "la búsqueda de la libertad exigió, en su momento, la apuesta por un estado descentralizado que se configuró en la España autonómica, pero nunca fue objeto de nuestra Constitución la idea de un estado plurinacional", por ello los firmantes reclaman una vuelta a los principios constitucionales de solidaridad e igualdad, "salvaguardando al Estado de las tentaciones soberanistas".
También hay un lugar para el terrorismo y el rechazo a la negociación y la concesión política. "El terror -dice el manifiesto- es la expresión máxima del fanatismo y el camino inequívoco hacia el totalitarismo. Supone un ataque frontal al Estado de Derecho, y ceder a su chantaje es el camino más corto al desarme moral de la sociedad y a la pérdida de su libertad", asegura.
Por todo ello, los firmantes creen necesaria una vuelta a la ética en la política y aseguran que "los políticos amorales creen estar por encima de la Ley y eso se traduce en un desprecio hacia las reglas esenciales del Estado de Derecho, con el consiguiente retroceso en las libertades individuales y los derechos fundamentales de los ciudadanos", razón por la que reclaman una política "basada en la tolerancia, el respeto y el diálogo, y la recuperación de los valores originales de libertad, limitación del poder y salvaguardia de los derechos individuales que hicieron posible la Transición".
Los firmantes del Manifiesto -el primero que se da a conocer no favorable al candidato socialista, José Luis Rodríguez Zapatero-, han presentado el mismo durante la mañana del jueves en la Asociación de la Prensa de Madrid, en un acto al que acudieron algunos de los firmantes. El texto fue leido por el periodista Federico Quevedo, acompañado por compañeros como Herman Tertsch, Carmen Gurruchaga, Carlos Dávila, Carmen Tomás, Miguel Gil y otros firmantes como Ana María Vidal Abarca, ex presidenta de la AVT.
El manifiesto reclama diálogo y disenso frente al conflicto y se asegura que "la confrontación es el mayor enemigo de la libertad, porque termina anulando la voluntad de los ciudadanos y su capacidad de elección en condiciones de igualdad". Igualmente, se rechaza la exclusión como arma política y se afirma que los ciudadanos hoy "son testigos de cómo el poder se ejerce de modo arbitrario para imponer una determinada moral social basada en el relativismo, en la religión del todo vale y en la certeza de que el fin justifica los medios".
El texto hace referencia a asuntos concretos que han ocupado la actualidad informativa esta legislatura, como la reforma de los estatutos de autonomía, y se recuerda que "la búsqueda de la libertad exigió, en su momento, la apuesta por un estado descentralizado que se configuró en la España autonómica, pero nunca fue objeto de nuestra Constitución la idea de un estado plurinacional", por ello los firmantes reclaman una vuelta a los principios constitucionales de solidaridad e igualdad, "salvaguardando al Estado de las tentaciones soberanistas".
También hay un lugar para el terrorismo y el rechazo a la negociación y la concesión política. "El terror -dice el manifiesto- es la expresión máxima del fanatismo y el camino inequívoco hacia el totalitarismo. Supone un ataque frontal al Estado de Derecho, y ceder a su chantaje es el camino más corto al desarme moral de la sociedad y a la pérdida de su libertad", asegura.
Por todo ello, los firmantes creen necesaria una vuelta a la ética en la política y aseguran que "los políticos amorales creen estar por encima de la Ley y eso se traduce en un desprecio hacia las reglas esenciales del Estado de Derecho, con el consiguiente retroceso en las libertades individuales y los derechos fundamentales de los ciudadanos", razón por la que reclaman una política "basada en la tolerancia, el respeto y el diálogo, y la recuperación de los valores originales de libertad, limitación del poder y salvaguardia de los derechos individuales que hicieron posible la Transición".
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